El presente siempre es extraño...
Es raro levantarse a las cuatro de la tarde y sentirse orgulloso de uno mismo. Pues bien, hoy me he levantado a las cuatro de la tarde y me siento orgulloso de mí mismo ¿Por qué? Porque ayer hice de tipo maduro y contenido, salí hasta las ocho y media de la mañana y me acosté solo, cansado, sobrio y feliz…….
Madrid, final de la primavera del 2008. El tiempo esta extraño, no es una reflexión sobre la relatividad, es la banalidad de siempre sobre el tiempo que nos tortura con calor, frío, lluvia, granizo, incomodas conversaciones en cualquier sitio con gente que no nos interesa, el que nos deja sin tardes de basket, sin tapas los fines de semana y demás daños colaterales. Pues en este caso, el tiempo esta extraño de verdad, a 15 de junio llueve un día y al siguiente hace calor, la gente sale a calle con paraguas cuando estamos a 30 grados, y no los usan para hacer sombra… quizás vuelva a ponerse de moda esa costumbre, sería divertido.
Y yo. Me paso las nueve primeras horas del día metido en un despacho, delante de un ordenador, sin tener del todo claro en qué consiste mi trabajo… no entremos en detalles. Digamos que de pronto son las siete de la tarde y me puedo largar a donde quiera ¿Y qué hago? Pues últimamente, cuatro días a la semana, me voy a casa del tipo de la foto (cuando esta casa siempre “viste” igual). Lo duro es que lo que hago con ese tío seguramente es la cosa que me hace mas ilusión ahora mismo… escribimos una peli… ¡¡¡Otro freak!!! Pensareis. Puede que sí. Bueno, seguramente sí...
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